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Celebrando el Día de la Mujer: Desafiando Expectativas y Promoviendo la Autoaceptación.




El 8 de marzo, es el día internacional de la mujer, en dónde celebramos los logros, la resistencia y la lucha continua de las mujeres en todo el mundo. Sin embargo, también es un momento para reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las mujeres en la sociedad actual, especialmente en lo que respecta a las expectativas y presiones relacionadas con la apariencia física. Es un hecho lamentable que las mujeres se enfrenten a mayores expectativas en cuanto a su apariencia que los hombres. Desde una edad temprana, se les enseña a las niñas que su valía está intrínsecamente ligada a su aspecto físico. Este énfasis desproporcionado en la apariencia puede tener consecuencias devastadoras, como el desarrollo de trastornos alimenticios. De hecho, las niñas tienen el doble de posibilidades de padecer desórdenes alimenticios que los niños, en gran parte debido a la presión social para alcanzar un estándar de belleza irrealista.


Además, el estigma relacionado con el peso es mucho más pronunciado para las mujeres. La sociedad tiende a juzgar más duramente a las mujeres por su peso, lo que puede llevar a la discriminación laboral y al rechazo social. Las niñas, en particular, experimentan un mayor rechazo social debido a su peso, lo que puede afectar negativamente su autoestima y bienestar emocional.


Como padres, es fundamental abordar estos problemas de frente y tomar medidas para promover la autoaceptación y la autoestima positiva en nuestros hijos, especialmente en nuestras hijas. Aquí hay algunas formas en las que podemos hacerlo:


  1. Desafiar las expectativas de género: Debemos dejar de perpetuar las ideas de patriarcado que imponen expectativas poco realistas sobre cómo deben lucir o comportarse las mujeres. En su lugar, fomentemos la individualidad y la autenticidad.

  2. Cuestionar las creencias sobre el peso: Es importante cuestionar los sistemas de creencias relacionados con el peso, las dietas y los alimentos. En lugar de enfocarnos en la apariencia externa, enseñemos a nuestros hijos el valor de la salud y el bienestar en todas sus formas.

  3. Promover el respeto y la valoración: Enseñemos a nuestros hijos a valorar a los demás y a ellos mismos por quienes son, no por cómo lucen. Debemos fomentar un ambiente de respeto mutuo y aceptación incondicional.

  4. Fomentar el pensamiento crítico: Enseñemos a nuestros hijos a ser críticos con lo que ven en los medios de comunicación y las redes sociales. Debemos monitorear y limitar su exposición a mensajes que promuevan estándares de belleza poco realistas.

  5. Celebrar la diversidad: Enseñemos a nuestros hijos a apreciar la diversidad y a valorar las diferencias individuales. Todos somos únicos y merecemos ser celebrados por ello.

  6. Practicar el autocuidado: Finalmente, pongamos en práctica el autocuidado y la autoapreciación en nuestras propias vidas. Prediquemos con el ejemplo y animemos a nuestros hijos a hacer lo mismo, promoviendo un sentido saludable de amor propio y aceptación personal.


Creando consciencia podemos ver cómo la cultura y sistema afecta nuestra imagen corporal y como padres, tenemos el poder de influir en la forma en que nuestros hijos perciben y se relacionan con sus propios cuerpos y los de los demás. Aprovechemos esta oportunidad para fomentar la autoaceptación, la diversidad y el respeto mutuo, ayudando así a construir un mundo donde todas las personas, independientemente de su género o apariencia, sean valoradas y respetadas por igual.


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